Dos disparos. Pum, pum. Uno en la cabeza y el otro en el tórax. Y de pronto un colombiano yace sin vida en una calle de Rosario. Otros dos disparos secos. Pum, pum. Y otro colombiano muere en una villa del conurbano bonaerense. Sucedió esta misma semana, y los expertos están seguros de que no hay vinculación alguna entre esas dos ejecuciones, salvo por la nacionalidad de las vÃctimas y por el hecho de que aparentemente formaban parte del sistema "gota a gota". Esta práctica nació en MedellÃn durante los años ochenta, cuando los narcos comenzaron a comprar muebles y electrodomésticos, y trataron de multiplicar sus excedentes por medio de la usura. Agentes de ese inframundo otorgaban préstamos con altos intereses a personas de bajos recursos y cobraban por las buenas y por las malas a sus esclavizados deudores. Este negocio es apenas una de las múltiples formas adicionales del narcotráfico, pero su aparición en la Argentina demuestra el grado de crecimiento que está alcanzando toda esa industria.
link: https://www.youtube.com/watch?v=6-nET9NHk3w
En este informe de CQC, Gonzalo RodrÃguez revela como es la situación de Argentina con respecto al narcotráfico y, además, habla con un hombre que está amenazado por la mafia italiana.
Roberto Saviano es un periodista italiano que sacó a la luz varias cuestiones de la camorra italiana. El periodista habló con CQC y explicó que desde la edición del libro comenzó a ser amenazado por la mafia italiano.
Gonzalo RodrÃguez, además, reveló como es la situación de Argentina con respecto al narcotráfico en diferentes provincias del paÃs.Emitido el Miércoles 27 de Agosto del 2014
Un ministro del gobierno nacional llamó hace unos meses a punteros de barriadas pobres y les dijo: "Tenemos que combatir a los narcos. PÃdanme planes, si los necesitan". Sus interlocutores le respondieron: "Con los planes ya no podemos hacer nada, ministro. Un pibe dedicado a la falopa gana trescientos pesos diarios. Nos están pasando por arriba". Daniel Arroyo, que fue funcionario del área de polÃticas sociales y es uno de los grandes especialistas en la materia, asegura que hemos ingresado a un nuevo e inquietante ciclo.
En la primera fase, los narcos competÃan en los barrios con los punteros, los partidos y la Iglesia. En la segunda fase, la venta de estupefacientes ya era vista como un oficio que permitÃa la movilidad social, lo que masificó su influencia: pasó de ser un problema caracterizado como tráfico y adicción a convertirse en un pujante fenómeno económico. Al que vendÃa le iba mejor que al que trabajaba. Por fin llegamos hace dos años a esta tercera fase: los narcos dominan hoy el territorio, crean cadenas de distribución y comercialización de la mercaderÃa, generan nuevas actividades laborales, prestan servicios sociales y se dan el lujo de presentarse como benefactores de la comunidad: son los que ahora garantizan también la canchita de la esquina o el nuevo dispensario. El lÃder narco se ha convertido asà en un nuevo sujeto social y en un destacado actor polÃtico, que va reemplazando o incluso cooptando al puntero.
Desde hace poco menos que un lustro, la gestión económica se desquició y el Estado comenzó a perder efectividad para contener a los distintos segmentos de la extrema pobreza. El empleo en negro se fue deteriorando, la inflación licuó los ingresos de las clases bajas y los planes perdieron relevancia. La pobreza está en el orden del 27%, el trabajo informal supera el 34% y recordemos: hay por lo menos 1.500.000 jóvenes que no estudian ni trabajan. El propio concepto del trabajo ha perdido valor durante estos años, el clientelismo arrasó con ese elemento integrador y dejó una cultura mercenaria, y por primera vez el narcotráfico está ofreciendo una salida económica donde el Estado se muestra a todas luces impotente. La Argentina se encuentra entre los mayores exportadores de cocaÃna del mundo y es a la vez uno de los principales consumidores. Hace rato que dejó atrás el papel de mera nación de tránsito. Las coimas para proteger los envÃos al exterior se pagan con cocaÃna, y ésta circula en todas las clases sociales. En las villas porteñas comenzaron a escucharse narcocorridos mexicanos.
El operador táctico y territorial de uno de los principales candidatos a la presidencia de la Nación pide anonimato y muestra su alarma. "Hay un cambio tremendo en muchos punteros -dice. Hace diez años apretaban cada vez que habÃa elecciones; después se acostumbraron a extorsionar todo el tiempo y por diversos motivos. Ahora algunos de ellos dejaron misteriosamente de presionar, y eso es más preocupante todavÃa. Porque demuestra que ya tienen autonomÃa financiera. Gracias al narcomenudeo, algunos punteros ostentan tanto poder que ya no le reclaman guita al polÃtico, sólo la aceptan cuando éste les pide entrar en la villa para hacer proselitismo. Es un cambio dramático. El polÃtico perdió autoridad en los asentamientos."
Ni el Poder Ejecutivo ni las administraciones municipales y provinciales, ni el oficialismo ni la oposición vieron venir el tren. Pero el tren está sobre nosotros, y nadie sabe muy bien cómo arreglar este nudo antes de que el narcotráfico avance otro casillero. Pepe Nun explica el fondo de la cuestión al hablar de "la teorÃa de la tasa de marginalidad". Marx creÃa que el capitalismo jugaba al dominó: tres años de prosperidad, absorción de toda la mano de obra, en consecuencia aumento de salarios, disminución de la ganancia y por lo tanto de la inversión; luego suspensiones y despidos, tres años de recesión y el comienzo de una nueva vuelta. Marx hablaba de un ejército industrial de reserva: gente que sólo es llamada en la expansión y para trabajar ocasionalmente en la infraestructura, y cuya desocupación era funcional a este gran circuito económico. Sin embargo, con el arribo de la era financiera y otros factores del nuevo capitalismo, una buena parte de ese ejército laboral de reserva nunca más encuentra trabajo. Crece y se transforma en una enorme masa marginal. Con los planes sociales se buscó neutralizar su conflictividad y su capacidad de reclamo. El narco también cumple esa función: narcotiza y subsana lo que no puede ser absorbido por el aparato productivo, que fracasa de manera más intensa con economÃas falsamente inclusivas y escasamente vigorosas y consistentes. Ese ejército de reserva crece y se vuelve crónico en la Argentina, y el erario ya es incapaz de contenerlo.
El senador colombiano Antonio José Navarro Wolff, que participó de las históricas negociaciones de paz con el M-19 y después fue un destacado polÃtico y un experto en temas de desarrollo y seguridad, visitó el jueves Buenos Aires y aludió al insólito encuentro que llevaron a cabo el año pasado en nuestro paÃs los jefes de las dos organizaciones de narcotraficantes más peligrosas de MedellÃn. Esa reunión tenÃa aparentemente por objeto la repartija del negocio de estupefacientes en Colombia tras la extradición a Estados Unidos del anterior cacique narco. De común acuerdo, los lÃderes mafiosos llegaron a la conclusión de que el mejor y más seguro terreno neutral era la Argentina. "Ustedes tienen que pensar muy bien qué está pasando internamente para que sea posible que dos bandas de MedellÃn hagan una reunión en Buenos Aires -le dijo Navarro Wolff a Infobae. Esto demuestra que hay un problema en el esquema de funcionamiento de la seguridad de la Argentina. Que permite un encuentro de esas caracterÃsticas. Porque podrÃa haberse producido en Chile o en Uruguay... Evidentemente aquà hay un agujero que el Estado no está cubriendo. Colombia y México reaccionamos demasiado tarde a un proceso de cartelización, de control territorial de las bandas. En paÃses donde está empezando a suceder, como la Argentina, hay que actuar oportunamente conociendo la experiencia de quienes tuvimos que pasar por ese calvario."
En el transcurso de estos dÃas también giró entre los más importantes dirigentes del radicalismo un brillante ensayo del escritor Héctor Aguilar CamÃn acerca de la epidemia criminal que produjo en México, y en sólo seis años, 80.000 muertos y 22 mil desaparecidos. Asevera que la mafia de las drogas tiene un método de captura gansteril de los gobiernos locales y, como consecuencia de ésta, "una captura de la sociedad local, mediante diversas formas de amedrentamiento, control social, despojo, secuestro y un sistema de pago de cuotas y derechos que envidiarÃa el sistema impositivo de cualquier Estado". El largo informe demuestra que el salto de un escalón a otro en materia de narcotráfico muchas veces es rápido y sorprendente. Las autoridades hicieron la vista gorda, y luego cuando el monstruo habÃa crecido y era incontrolable, declararon la guerra frontal. Esa contraviolencia tardÃa rompió códigos "no sólo entre los violentos sino de muchos otros grupos, vecinos e inquilinos del submundo". Este punto es crucial para los argentinos, puesto que todavÃa tenemos la oportunidad de amenguar el fenómeno sin tener que lanzar una jihad ciega con el aparato estatal y generar un gran baño de sangre. "Es una exageración decir que México ha vivido los primeros años del siglo XXI una guerra civil -escribe Aguilar CamÃn. Quizás sea también una exageración sostener lo contrario."
El papa Francisco, que conoce la progresión del problema, se mostró esta semana muy preocupado. "Cuidémonos de la violencia institucional para que no nos pase en la Argentina lo de México, donde desaparecieron 43 jóvenes", señaló en referencia al episodio de los estudiantes calcinados. La situación nacional es muy grave. Y la amenaza recibida el miércoles por nuestro corresponsal en Rosario, Germán de los Santos, constituye un doloroso sÃmbolo de la colombianización del paÃs. A la polÃtica no le queda mucho tiempo. Si no se despierta al final sobrevendrá una guerra, que se presentará como inevitable y que será catastrófica..
Cada vez que un integrante de la mafia colombiana muere acribillado en las calles de Rosario, MartÃnez o Buenos Aires, como sucedió la semana pasada, las autoridades argentinas confirman que su paÃs se ha convertido en una suerte de "subsede" de carteles del narcotráfico y que el fenómeno amenaza volverse una cuestión grave de seguridad nacional.
Las facilidades del idioma en común, los aceptables costos de vida y de radicación, la laxitud de los controles migratorios y de movimientos de divisas y los recovecos en las leyes antilavado aparecen como elementos clave en la elección de la Argentina como una suerte de "guarida" en la que capos narco buscan proteger a sus familias de eventuales venganzas, y desde donde, en ocasiones, pueden reorientar sus negocios, gracias a las fortunas con las que cuentan y movilizan.
El de Carlos Gutiérrez Camacho, señalado como jefe de sicarios del cartel de Norte del Valle y asesinado en los bosques de Palermo hace siete dÃas, es el caso más reciente que da cuenta de la presencia de narcos en la Argentina y de ajustes de cuentas ordenados a la distancia. Pero expedientes de la DEA (la agencia antidrogas norteamericana) y de la policÃa colombiana a los que tuvo acceso EL TIEMPO señalan que la "estampida" de mafiosos y pistoleros se inició en 2008, cuando los más poderosos narcoparamilitares fueron extraditados a los Estados Unidos.
Precisamente en julio de ese año se produjo en la Argentina el primero de los crÃmenes asociados a las extradiciones de los narcoparamilitares: el doble homicidio de colombianos en el estacionamiento del centro comercial Unicenter, de MartÃnez.
Aunque socios y familiares de Pablo Escobar Gaviria ya habÃan buscado refugio en la Argentina, a mediados de la década del 90, el gran desembarco comenzó cuando otros jefes narco, como Diego Fernando Murillo Bejarano, alias "Don Berna", empezaron a delatar a socios, polÃticos y miembros del ejército y de la policÃa, en busca de penas más bajas luego de ser extraditados por pedido de la justicia norteamericana.
MÃ?LTIPLES VIAJES
Para salvaguardar a su familia, "Don Berna" la envió a la Argentina. Pero también le dio ticket de salida a su heredero, Carlos Mario Aguilar, alias "Rogelio", cabeza de la llamada "Oficina de Envigado", poderosa máquina criminal al servicio de la mafia. La Unidad Investigativa de EL TIEMPO ya habÃa revelado cómo "Rogelio" saltaba en ferry entre Uruguay y la Argentina mientras negociaba su sometimiento judicial con la DEA. También pasaron por allà alias "Yiyo", "Douglas" y "el Cabezón", jefes de esa maquinaria narcocriminal.
Los informes de inteligencia aludidos también señalan que en Buenos Aires permanecen 35 miembros del clan �lvarez Meyendorff. Ignacio, el mayor, fue extraditado por la Argentina a los Estados Unidos a mediados del año pasado. Pero allà se quedaron sus hijos y su multimillonaria fortuna oculta con la que las que las mafias colombianas están creando una "burbuja financiera".
¿Por qué eligen la Argentina? "El idioma los favorece, es un paÃs barato para ellos, el control en el ingreso de divisas es mediocre y las autoridades son laxas", le aseguró a EL TIEMPO un ex agente del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, según su sigla en inglés) que participó en la operación Cuenca del PacÃfico, en 2010. En esta operación fue capturado Luis Caicedo Velandia, el gran capo de capos colombiano, que caminaba tranquilo por la avenida Santa Fe después de ingresar en la Argentina desde Brasil.
El ex agente norteamericano agregó que desde fines del año pasado el gobierno de la presidenta Cristina Kirchner accedió a reforzar la radarización para blindar el espacio aéreo por el que está ingresando coca desde Colombia, Bolivia y Perú para enviarla luego a Europa y �frica.
De hecho, la PolicÃa Federal Argentina ha tenido que acudir a la colombiana para acceder a tecnologÃa que le permita ubicar a los capos. Eso fue lo que sucedió en el caso de Henry de Jesús López, alias "Mi Sangre", capturado en 2012 en un restaurante de la ciudad bonaerense de Pilar, gracias a un seguimiento de sus comunicaciones. Las leyes sobre lavado y extinción también son débiles en la Argentina, comparadas con las de Colombia, lo que convierte al paÃs del Sur en un "paraÃso" para la mafia.
"EL CHAPO Y LAS FARC"
Aunque la mayorÃa de los colombianos en la Argentina son estudiantes y empresarios de bien, en la ciudad de Rosario está establecida una red de pistoleros que salió huyendo de Colombia tras el crimen de Jorge Mario Pérez, alias "Morro", heredero de la "Oficina de Envigado".
A "Morro" lo acribilló con balas de fusil un escuadrón de hombres que irrumpió en su celebración de fin de año, el 1° de enero de 2013. Se cree que su sucesor, alias "El Montañero", es uno de los que se refugian en Rosario. También, los testaferros y herederos del capo Daniel "El Loco" Barrera, cuya ex esposa vive en la Argentina.
También se refugian allegados y pistoleros de los hermanos Calle Serna, alias "Los Comba", herederos del cartel del Norte del Valle. La mejor prueba de ello la da el asesinato de Carlos Gutiérrez Camacho.
La mala noticia para la Argentina es que con la captura del capo mexicano JoaquÃn "el Chapo" Guzmán -presente en cinco regiones de Colombia- y con la inminente paz con la guerrilla de las FARC, el negocio se reacomodará y habrá nuevas estampidas de mafiosos y más vendettas.
REFUGIO Y SEDE DE NEGOCIOS
-Ã?lvarez Meyendorff
El lÃder del clan, Ignacio, fue extraditado a EE.UU., pero otros 35 miembros seguirÃan en Buenos Aires
-"El Montañero"
LÃder del cartel "Oficina de Envigado", tendrÃa negocios y refugio en Rosario
Un manual para estudiantes describe a la Argentina como un paÃs que se caracteriza por la variedad que ofrece tanto a nivel geográfico como cultural. Su diversidad en el paisaje es muy amplia: desde cataratas, lagos y bosques, hasta desiertos de sal. Pero hay un mapa que no sale en los textos escolares: el de la producción ilegal de estupefacientes. De acuerdo con datos de la DEA, la Argentina serÃa uno de los 25 paÃses que registran mayor producción de precursores quÃmicos.
Hoy su producción se basa en la cocaÃna y, en menor medida, en drogas más complejas, como éxtasis y LSD. Según datos de la SecretarÃa de Seguridad de la Nación, en lo que va del año se desbarataron 235 â??cocinasâ?? en todo el paÃs, una cifra que para diversos especialistas no serÃa ni el 10% de la real.
El último informe de la Sedronar sobre â??centros de procesamiento ilÃcito de estupefacientesâ?? detalla que Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, Tucumán, Entre RÃos y Jujuy son las provincias que más cocinas de fraccionamiento y producción de narcóticos poseen. Según esta investigación, la mayorÃa de los lugares de adulteración se ubican en la provincia de Buenos Aires con el 46%, a la que le sigue la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (13%), y las provincias de Córdoba (27%), Salta (7%) y Tucumán (7%). El informe, publicado en 2011 y basado en ochenta centros en todo el paÃs, agrega que los centros de fabricación se ubican en un 76% en la provincia de Buenos Aires, 7% en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y el resto en Córdoba (7%), Tucumán (7%) y Jujuy (7%). Para actualizar el panorama, PERFIL consultó a especialistas en cada una de estas provincias de mayor producción.
Salta y Jujuy. Todo comienza en Bolivia. Más especÃficamente en los campos de coca de Yacuiba. Por su ubicación geográfica, las primeras provincias de la â??ruta bancaâ?? son Jujuy y Salta. â??Salta posee dos ingresos legales: la ciudad de Orán (a la altura de Aguas Blancas) y por la Ruta 34 (Salvador Mazza), donde se puede cruzar la frontera caminando por pasos no habilitados y hay tránsito de mercaderÃa no controladaâ??, indica Ricardo Toranzo, titular de la fiscalÃa federal Nº1 de Salta a PERFIL. El funcionario especifica que en los alrededores del cauce del RÃo Seco hay barrios con movimientos muy fluidos â??que hace que sean fronteras muy permeables y dificultosa para controlarâ??.
El traslado es variado. En su mayorÃa â??es terrestre, a través de mulas, camellos o en coches. También puede ser por vÃa aérea en pistas clandestinas o es arrojado desde el aire en zonas boscosaâ??. Los búnkers aquà hacen un trabajo de refinamiento de estupefacientes de la pasta base de la hoja de coca (PBC). â??La purificación en el paÃs se debe a la facilidad que existe en el territorio de contar con precursores quÃmicos (como carbonato de sodio y ácido clorhÃdrico) para esta etapa de elaboración del clorhidrato de cocaÃnaâ??. En la Argentina, no hay constancias de plantaciones de coca: â??Se da más que nada en Colombia, Perú y Bolivia, mientras que el trabajo de los precursores quÃmicos se encuentran en Argentina, Brasil y Ecuadorâ??, aclara Toranzo.
El procedimiento de fraccionamiento puede repetirse varias veces, según la calidad buscada. â??En el camino van quedando residuos que vuelven a comercializarse (el más impuro es el paco)â??, especifica Alberto Aragone, defensor público oficial ante el Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Jujuy. En esta provincia, el punto de más traspaso se da en La Quiaca y para que el traslado sea posible hasta Buenos Aires es esencial la Ruta 34. Este camino luego desemboca en Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, Rosario o Buenos Aires. En Santiago del Estero y Tucumán, según fuentes locales, se suele acopiar la droga y de allà se establece el transporte a grande urbes o al exterior vÃa aérea.
Córdoba. Los corredores más activos en la tierra cordobesa son por la Ruta 38. Las localidades lindantes como La Cumbre, Capilla del Monte, La Falda, Santa MarÃa de Punilla y San Marcos Sierra son destinos â??comunesâ?? para el arribo de marihuana, cocaÃna y otras sustancias ilegales. Otro corredor es el de la Ruta 9 Norte, con la Ruta 60, que es un corredor â??históricoâ??. â??Sólo que en los últimos tiempos, se sospecha que la 38 empezó a ser más activaâ??, aclaró Juan Federico, periodista local especializado en narcotráfico.
Los alrededores del cementerio San Vicente (sudeste de la Capital, barrios Maldonado, Müller, Altamira, Colonia Lola, Bajada San José, Campo de la Ribera) forman la zona donde más proliferaron las cocinas de drogas. El periodista de La Voz del Interior le contó a PERFIL que las cocinas hace años â??empezaron a disgregarse por todas partes, mucho al sur, en barrio Villa El Libertador y alrededores. Pero el sector más caliente es el de los alrededores del cementerio San Vicenteâ??.
Félix Crous, titular de la ProcuradurÃa Adjunta de Narcocriminalidad, asevera que â??la PolicÃa es parte del Estado, con relaciones permanentes con la comunidad y ahà su involucramiento es muy evidenteâ??. El ejemplo del â??narcoescándalo de Córdobaâ?? es el más claro: hasta el momento, un comisario, un oficial y un suboficial se encuentran detenidos en el marco de la investigación por nexos entre policÃas, narcos y polÃticos. En esta provincia, en 2012 se incautaron casi 200 kilos de cocaÃna. Pero como parte del operativo Octubre Blanco, el mes pasado, se decomisó el mayor cargamento de drogas de la historia de Córdoba: 583 kilos de cocaÃna en la Ruta 9, cerca del norte provincial.
Santa Fe. En la cuna de la bandera, el principal ingreso de drogas a nivel terrestre se da por la Ruta 34, que atraviesa toda la provincia y termina en Rosario. Pero fuentes locales detallaron que â??hay otras rutas alternativas donde se traslada la droga. También hubo casos de cargamentos por avionetas y barcazasâ??.
Esta provincia sufrió lo que podrÃa haber sido el peor golpe al Estado por parte de bandas narcocriminales: 14 balas calibre 45 que recibió la casa del gobernador Antonio Bonfatti el 11 de octubre. Hasta el momento hay tres detenidos, presuntos integrantes de bandas narco. En Rosario, los barrios más afectados por el negocio son Ludueña, en zona noroeste; Tablada, Nuevo Alberdi y La Granada, al sur, y Las Flores, en el centro de la ciudad. Según la concejala del bloque radical MarÃa Eugenia Schmuck, en algunos barrios se sabe quién manda, pero otros no tienen dueño. En los últimos años se multiplicó la presencia de kioscos, casas precarias de venta de droga. â??Aquà no hay bandas al estilo del Cartel de Sinaloa (México). En los medios nacionales, Rosario se vende como si fuera México, pero no está muy organizado el asunto. Hay mucho â??imprevistoâ??, especificó un periodista local y agregó que la red de comercialización y seguridad con los â??soldaditosâ?? es lo más establecido. Esto no quita el entramado de complicidad con otros sectores de poder: abogados, venta de autos de alta gama, contadores que limpian prontuarios, negocios inmobiliarios y protección de la policÃa provincial. Según la investigación Calles perdidas, de la Universidad Nacional de Rosario, $ 1.500 por dÃa cuesta la protección policial y $ 300 gana un soldadito armado, mientras que uno desarmado gana 150. Este año, policÃas federales desbarataron â??la cocina más grande en la historia paÃsâ?? en un country de Funes.
Buenos Aires. La próxima parada de la Ruta 34 es Buenos Aires. En los últimos meses, según la PolicÃa Bonaerense, se decomisaron 17 laboratorios en la Provincia, hubo 18.269 procedimientos y se incautaron 28 mil pastillas de éxtasis. El comisario Rubén DarÃo GarcÃa, inspector de prevención de la Superintendencia de Drogas IlÃcitas de la Provincia de Buenos Aires, habló con PERFIL sobre la situación que se vive: â??En los barrios es muy común la presencia de cocinas de estiramiento, más que de producciónâ??. Cuando se le preguntó por las zonas más afectadas del interior, GarcÃa indicó que Zárate y Campana son lugares que no poseen menos control, más que nada â??socialâ?? . Aclara que en la Provincia hay mucho â??contrabando hormigaâ??. El menudeo se da de manera impensada: libros, langostinos, dulce de leche y frutillas. Para GarcÃa, el crimen se organiza por zonas y no hay un armado de bandas a nivel nacional. Por su parte, el especialista y asesor en narcotráfico, Norberto Emmerich, explica que en Buenos Aires en general actúan carteles nacionales o en manos de población extranjera, como peruanos, paraguayos o colombianos. â??Ellos producen acá porque buscan reducir costos de traslado y logÃstica como cualquier empresaâ??, agrega el especialista.
El negocio posee dos grandes escenarios. Uno es en los barrios más carenciados, donde, según Emmerich, â??aumenta el consumo de paco, enraizado con fuerzas policiales, y la violencia. En San MartÃn, Villa La Cárcova, ya hay casi 20 chicos muertos en los últimos meses. Los vecinos aseguran que una de las bandas responde a â??Rolónâ??, que estarÃa protegido por el secretario de Seguridad de San MartÃn, José MarÃa Fernández.
Otro escenario es el de los countries y el mercado de las drogas sintéticas, mayormente consumidas en fiestas electrónicas. Como el caso de la caÃda de un jefe de una banda narco, empleado de la agencia de viajes de egresados, Travel Rock que vendÃa cocaÃna, éxtasis, ketamina y efedrina en fiestas electrónicas.
Ciudad de Buenos Aires. El patovica Julio César MartÃnez llegó de Ibiza a Buenos Aires con un propósito: cocinar drogas de diseño. Asà logró instalar â??el primer laboratorio sintético en plena Ciudad de Buenos Airesâ??, como lo calificaron las fuerzas de seguridad en septiembre. Este â??operativo Ibizaâ?? estaba encadenado con el empleado de Travel Rock. Más allá de la producción sintética, los barrios más pobres de la Ciudad viven un fenómeno similar a los de Provincia con â??el nivel de adicción, la violencia y la connivencia con sectores policialesâ??, afirma Luciana Pol, coordinadora de PolÃticas de Seguridad y Violencia Institucional del CELS. Los especialistas declaran que en Villa Soldati hay una fuerte presencia de ciudadanos de Paraguay; en Constitución, dominicanos; mexicanos en Puerto Madero; colombianos en Pilar; y peruanos en el barrio 1-11-14 de Bajo Flores. AquÃ, el mes pasado, cinco personas murieron en un tiroteo. En Zabaleta, durante los últimos dos años, cinco chicos murieron en medio de un enfrentamiento, como el caso de Kevin de 9 años. Para Pol, la violencia es más fuerte en la zona sur (Villa Lugano, Soldati, Pompeya, Barracas) y la lógica se repite: â??Las fuerzas llegan al barrio, hacen contactos y buscan protecciónâ??.
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